miércoles

28-11-2010

Aun hoy soy incapaz de creerme que por quien hemos llorado estos días, por quien hemos rezado y a quien hemos despedido sea mi abuela Eugenia: la que disfrutaba presumiendo de nietas, la pesada de los novios guapos, la que jamás salía de casa sin pintarse los labios.

Aunque ya no estés y todos digan que la vida sigue, un pedacito de la mía se paró el domingo cuando te fuiste. Yo siempre, siempre te voy a recordar y como tú me decías siempre:
"Te quiero mucho mi vida, que no se te olvide".

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